Parece que el panorama de las 475 empresas Fintech españolas va a ser favorecedor. España no es solo el principal mercado Fintech del sur de Europa, sino que ahora las empresas Fintech emergentes van a beneficiarse de la nueva ley española de start-ups que debería aprobarse a finales del 2022 y que está pensada para cubrir las necesidades de las pequeñas Fintech del país.
El número de Fintech en España se ha multiplicado por seis desde el año 2015, y esto ha hecho que el país se convierta en el sexto mercado más importante del mundo en términos de Fintech per cápita. Además, estas empresas se han beneficiado de una inversión de más de 600 millones de euros entre el 2020 y el 2021, por lo que están en una posición fantástica para potenciar su ecosistema.
España ahora puede impulsar el sector Fintech gracias a la inversión, la expansión internacional y la innovación. Veamos por qué tienen las Fintech españolas motivos para ser optimistas de cara el futuro, no solo a nivel nacional sino en toda la UE y el mercado internacional.
Buenas noticias: las Fintech españolas siguen creciendo
Una mezcla de innovación tecnológica e inversión ha hecho que el mercado Fintech español se haya triplicado entre los años 2015 y 2019. Varias empresas surgidas en ese periodo aún dominan el sector B2C, cada vez más influenciado por los consumidores millenials y de la generación Z. Los neobancos españoles Bnext (lanzado en el 2016) y Rebellion Pay (lanzado en 2017), el británico Revolut y el alemán N26 suman una cuota de mercado del 30 % del mercado de la banca digital en España. Otras Fintech de éxito de ese periodo, como Verse, Goin y Housers, ofrecen herramientas financieras fáciles de usar que resultan especialmente atractivas a los millenials y la generación Z. Por eso, no es de extrañar que en España haya una tasa de adopción de Fintech del 56 % entre los consumidores, y que actualmente ocupe los puestos número 21 en el mundo y número 7 en Europa en cuanto a adopción de Fintech. Estas cifras sitúan a España por delante de Estados Unidos, Italia y Francia.
La Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2) de la Unión Europea entró en vigor en España en el año 2019. Esto aceleró la adopción de soluciones Fintech especializadas por parte de los bancos e impulsó el sector, lo que dio pie a la creación de nuevas Fintech y la llegada de otras extranjeras. Hubo algunas, como la empresa unicornio de gestión de viajes y gastos TravelPerk, que recibieron la mayor parte de su financiación de una ronda de inversión de 104 millones de dólares en el 2019. No está nada mal para una start-up del 2015, y ahora parece que la empresa barcelonesa Factorial HR podría convertirse pronto en otro unicornio tras varias rondas de inversión. Otras Fintech B2B son la empresa madrileña de recursos humanos Cobee y la barcelonesa HUBUC, que ofrece servicios de finanzas integradas.
Queda claro que las Fintech españolas están avanzando y, con la nueva ley de start-ups, tienen aún más motivos para ser optimistas de cara al futuro.
Ley de start-ups: un futuro aún mejor para las Fintech en España
El Gobierno de España ha manifestado una fuerte voluntad política al aprobar un proyecto de ley conocido como ley de start-ups. Esta ley, cuya entrada en vigor está prevista para finales del 2022, tiene el objetivo de hacer de España un país más emprendedor y atractivo para inversores y nuevos talentos. Es por eso que esta ley supondrá algo muy positivo para las empresas Fintech emergentes de España.
Crecimiento, ventajas fiscales y talento internacional
Hoy en día, las start-ups en España necesitan un capital de 3000 € en una cuenta bancaria para constituirse legalmente, y se tardan casi seis semanas en obtener los permisos necesarios para lanzarse al mercado. Con la ley de start-ups, se acortarán los plazos y el proceso será mucho más accesible: solo se necesitará un euro de capital y se podrá enviar la solicitud por internet. En total, el proceso llevará solo unas horas.
La ley de start-ups también pretende aumentar la deducción de IRPF actual por inversión en empresas emergentes de un 30 % a un 50 %. Además, esta ley propone ampliar la base máxima de deducción de 60 000 € a 100 000 € para las empresas emergentes que cumplan los requisitos. El objetivo de todo esto es que el país sea mucho más atractivo para inversores y talentos. Es más, España es uno de los primeros países de la UE en crear un plan de opciones sobre acciones para empleados, algo que permite a las empresas atraer profesionales de todo el mundo.
Con la ley de start-ups, esos profesionales podrán solicitar un visado especial para reagrupar a su familia directa y residir en España durante cinco años, además de beneficiarse de un régimen tributario especial con el impuesto sobre la renta de no residentes.
De España... al mundo
Con todas estas oportunidades, sería un error que las Fintech españolas solo se centraran en crecer en el país.
España ahora puede servir de puente a otros países de la UE para acceder al mercado de LATAM. A pesar de tener solo 47 millones de habitantes en un continente que multiplica esa población casi por 10, España goza de una condición única por su cultura, el rápido crecimiento de su sector Fintech y un Gobierno que fomenta activamente el emprendimiento.
Además de recibir a inversores y profesionales de todo el mundo, las Fintech de España pueden seguir expandiéndose para llegar a Latinoamérica, un mercado repleto de oportunidades donde pueden aprovechar las nuevas normativas, sus lazos culturales históricos y su lengua y cultura empresarial comunes.
Aunque el mercado Fintech en España no está tan desarrollado como el de Francia y Alemania, estas empresas tienen muchas oportunidades en la UE. Gracias a una economía de un billón de euros y su gran reserva de talentos, España se ha convertido en un reclamo para inversores y profesionales innovadores que quieren montar sus negocios en Europa. Y es por eso que el sector Fintech está creciendo año tras año en España, donde un 80 % de estas empresas tienen sede en Madrid, Barcelona o Valencia.
Sin miedo a la expansión
Las Fintech españolas no tienen que enfrentarse a esto solas. Empresas como Currencycloud pueden apoyarlas para que la expansión no sea tan abrumadora y ayudarlas a superar obstáculos en las transacciones internacionales con procesos sencillos y transparentes, además de tipos de cambio que faciliten su acceso al mercado.
Currencycloud, clave en el ecosistema de pagos internacional, ayuda a otras Fintech como Revolut, Starling Bank y Monzo, así como a cientos de start-ups, a entrar en el mercado internacional en más de 180 países de todo el mundo, habiendo procesando más de 100 000 millones de dólares en pagos desde su lanzamiento en el año 2012.
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